Qué es un amigo?

La Amistad, según el diccionario es: “Una de las relaciones humanas más frecuente. La palabra proviene del latín amicus (amigo), que posiblemente se derivó de amore (amar). Aunque se dice también que amigo proviene del griego a; sin y ego; yo, entonces amigo significaría "sin mi yo" (con lo cual se considera a un amigo como al otro yo) es una relación afectiva entre dos personas.

La amistad significa entendimiento mutuo, afecto, respeto, comprensión, empatía. Los amigos disfrutan de la compañía mutua y se muestran leales los unos con los otros, hasta el punto de mostrar altruismo. Sus gustos o ideas pueden ser similares, y suponer un punto de encuentro entre ellos. De un amigo también se dice que es aquel que no está sólo cuando las cosas van bien, sino también en momentos de dificultad. Es decir, cuando le cuesta un esfuerzo hacerlo y no saca ningún beneficio aparente, y de ahí que ello refleje el verdadero altruismo que cada uno está dispuesto a mostrar hacia el otro. Un amigo nunca te deja solo pero muchas veces te lastima, pero siempre hay una solución la cual es hablar y aunque estén lejos igual estarán presentes. Lo mas importante en una amistad es jamás dar la espalda porque cuando uno hace eso lastima, se alejan y se molestan. En la amistad, entonces, aparecen con frecuencia:

-Agrado por compartir una o más actividades, ideas, gustos o experiencias, lo que implica el interés por pasar tiempos juntos.
-Amor.
-Confianza y sinceridad. Se facilita el hablar y el actuar como naturalmente se piensa y se es, minimizando los frenos sociales que normalmente se tienen, y se trata de comprender al otro y aceptarlo tal como es.
-Interés o preocupación por el amigo. Se interesa por el bienestar del otro, es decir, de sus problemas y logros. Por esto procura reunirse, comunicarse o convivir con él.
-Respeto.

Porque deseo recordar esto, pues bien, porque hace un tiempo, yo perdí un amigo, y no porque este falleciera, NOOOOO, todo lo contrario, dio la espalda a unas de las principales y mas importantes leyes de una verdadera Amistad ... “La Lealtad.”

A él lo conocí mediante otra amiga, quien fue la que nos presentó. Desde el mismo momento que nos vimos, creo que surgió una empatía muy fuerte entre ambos. Esa misma noche casi no nos despegamos. Hablamos de los más diversos temas, uno de los cuales es que compartimos trabajar en la misma área. Desde ese momento nos hicimos casi inseparables, era extranjero (porque siempre me ligan los extranjeros???). Se encontraba aquí en Chile desde aproximadamente 10 años, y trabajaba en una importante empresa Internacional. Debía viajar mucho, estaba soltero y debido a lo mismo también tenia su harem. Yo le comentaba que él tenia a las mujeres como prendas de ropa: cada vez que necesitaba alguna, solo debía abrir su closet y elegir con cual le apetecía salir esa noche. Yo me llegué a transformar en su amiga y confidente. Debo aclarar que nunca por mi cabeza se me paso el hecho de ir más allá, aunque una vez lo intentamos y vimos que no pegábamos ni con moco. Por lo tanto decidimos mantener una amistad firme y sincera en la cual, frente a cualquier problema, siempre sabríamos que tendríamos el hombro del otro para llorar y buscar refugio si así lo necesitáramos.

Salíamos a los mas diversos lugares, que hacer deportes extremos, que al cine (fue el quien me denomino “Novia Fugitiva”), que a cenar. En más de alguna ocasión tuve que comprar yo aquel ramo de flores y enviarlo aquella dama a la cual dejaba plantada porque conocía otro par de piernas que le gusto más.

Desde que llego a nuestro país su meta fue siempre poder llegar a formar su propia gran empresa, y así lo logro. Comenzó a llamar amigos para ayudar a consolidarla y buscar nuevos proyectos. Cuando me llamo yo estaba en un periodo en cual quería hacer un cambio. No quería más terrenos, quería adquirir otros conocimientos, tenía una interesante propuesta de otra empresa para integrarme a sus filas, la cual me daría una estabilidad por varios años. En cambio, la empresa de mi amigo era algo que estaba surgiendo aunque se le veía mucho potencial, si tan solo se lograba acomodar los engranajes y las personas.

Como era mi gran amigo, opte por ir ayudarlo y apoyarlo como una vez le dije “siempre me tendrás cuando me necesites, solo llámame y ahí estaré aunque tenga que atravesar el mundo lo haré. Porque eres mi amigo y nuestra amistad es lo que más valoro”.

Comencé a trabajar en su empresa. Al poco tiempo, y en compañía de los integrantes, fuimos viendo como se concretaban negocios importantes y, además, como la imagen de la misma se iba consolidando en el mercado. Yo me sentía muy orgullosa de todos nosotros porque estábamos realizando un gran trabajo en equipo. Pero nunca sospeche que, mientras muchos me palmoteaban la espalda, lo que estaban haciendo era enterrando sus cuchillos. Y así fue como la ultima estocada me le dieron cuando le entregaron una carta a mi “amigo y jefe” solicitando que me apartara de dicha empresa. MI DESPIDO.

Transcurridos algunos días, el que actualmente es mi mejor amigo, debió darme el sobre azul, como lo llamamos por estos lados. Al tiempo después mi “amigo” me llamo para darme las explicaciones por las cuales había tomado su decisión, algo que todavía no le encuentro ni pies ni cabeza. A esas alturas para mi estas explicaciones ya sobraban. Les debo confesar que no me dolió que me dejara sin trabajo. Válgame! Eso era lo de menos. Gracias a mis ángeles y mi empeño por luchar no me costo casi nada nuevamente incorporarme a otros proyectos y empresas, pero esta vez desde un plano totalmente independiente (aquella decisión es para otra historia). Lo que mas me dolió y me partió el alma fue que por azares de la vida, yo me entere el mismo día que le entregaron esa carta a mi amigo, y supe de su contenido. Espere ese día hasta altas horas de la noche, que me llamará y aclaráramos la situación. Creo que eso se llama lealtad, no??? Si estoy equivocada por favor corríjanme. Tal vez al día siguiente nos reuniera a todos los integrantes de la empresa y aclaráramos de frente la situación. Como yo en muchas ocasiones eleve mi voz y apreté mi puño para defenderlo. Pero opto por lo más fácil y lo que actualmente muchos hacen: la simple y sana decisión de la omisión, el silencio.

Sé que nunca leerá este post. No es de esos. Ni tampoco aquellos que me dieron esa estocada. Pero de algo sí estoy segura, el podrá en los próximos meses, años, encontrar muchas otras amigas, pero lamentablemente ninguna amiga como YO.