Durante los últimos años mi ritmo de trabajo se fue acrecentando, hasta el punto de olvidar sencillamente porque razón me levantaba cada mañana, estaba completamente en automático, en ese camino, en ese acelerado ritmo de vida olvide hasta cuales eran mis principales sueños y anhelos, (abrazar a mis cuates, olvide las integrantes de la Cofradialatina: Guri y Brava), olvide respirar, olvide comer, olvide descansar, olvide la pasión de la literatura, olvide la entretención, olvide los juegos de niño … y me dedique solo a escuchar a esas voces externas que decían que se sentían orgullosos de mis logros … esas voces que solo adulaban mis exitos … pero en ese camino, ¿dónde quedo la esencia de mi persona, donde quedaron mis sueños, ….?
Por eso hoy en mi caminar diario bajo un sol que cada día me saluda con sus rayos y broncean mi piel, y alimentan nuevamente esas ansias, pero no de éxito, ni reconocimiento, sino mas bien de volver a encontrarme … de volver a sentir lo mágico y maravilloso que me rodea, de disfrutar de las cosas mas sencillas de la vida: un amanecer, un atardecer, ver un cielocon todas sus estrellas y querer alcanzar a tocar la luna, sentir ese cosquilleo que me recorre de pies a cabeza, cuando ese alguien especial toma mi mano, me mira a los ojos y me dedica la más cálida de las sonrisas ...
Olvidar el ajetreo y las comodidades de una ciudad, para cambiarlas por los placeres que entrega la naturaleza, un sol brillante, el caminar por calles polvorientas, ver reflejada la montaña en un gran lago, ver como juguetean animales típicos, o simplemente el saludo mañanero de aquel señor curtido por el sol y por los años vividos ...
Un sencillo beso al amanecer sea el azúcar que entregue las energías para comenzar el día y el beso nocturno entrega la tranquilidad y armonía del descanso de un día sin sobresaltos, pero de un vivir pleno.
Hoy siento que poco a poco esa coraza que me fue cubriendo por mucho tiempo y que me convirtió en aquella piedra que todos en algún momento de nuestra existencia hemos llegado a ser, con la ayuda del soplido de viento y la escases de agua en este inmenso desierto va resquebrajando y erosiando día a día hasta hacer aflorar mi esencia VERDADERA.
No sé cuanto durará, aprendido a no poner tiempo … he aprendido solo A VIVIR … y eso llena cada día mis pulmones de oxigeno, ese elemento esencial que cada día nutre mi sangre que recorre mi cuerpo de pies a cabeza y mi invita cada segundo a gritar … que BONITA ES LA VIDA.
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